Has decidido lanzarte al ruedo empresarial y montar una franquicia. Por lo tanto, enhorabuena. Pero ahora te falta lo más importante: ¿qué tipo de franquicia quieres montar?
Primero vamos a explicarte en qué consiste una franquicia y luego aclararemos conceptos propios de este sector y que seguramente desconoce la mayoría de los interesados. De esta manera, podrás tomar la mejor decisión posible.
¿Qué es una franquicia?
Una de las mayores ventajas de las franquicias es que permite ser partícipe de una idea empresarial cuyo éxito ya ha sido contrastado. Esta característica hace que muchos emprendedores se decanten por este modelo, ya que les ayuda a vencer sus reticencias iniciales.
Apostar por una franquicia implica hacerlo por un modelo de negocio y una marca que ya gozan de cierta reputación y un público fiel. Algunos ejemplos de franquicias de largo recorrido son Telepizza, Mango, los supermercados Día o la marca de moda infantil Charanga.
Así, el nacimiento de una nueva franquicia es posible gracias a un acuerdo mediante el cual una persona física o jurídica (el franquiciador) le cede a otra (el franquiciado) la explotación de un modelo de negocio a cambio de una contraprestación.
Con este propósito, el franquiciador le transmite al franquiciado todo su conocimiento sobre su sector, le cede el uso de una denominación o rótulo común y pone a su disposición los derechos de propiedad intelectual o industrial y una imagen de los locales y personal.
¿Qué debemos tener presente a la hora de escoger? Estos son algunos de los apartados que merecen toda nuestra atención.
¿Qué es un canon de entrada?
La mayoría de las franquicias establecen un canon de entrada a sus franquiciados. Este primer pago tiene sentido dado que está cediendo todos sus conocimientos a un tercero. Ambas partes decidirán si este dinero se satisface mediante un pago único o a través de cuotas periódicas.
Aunque algunas franquicias deciden no cobrar canon de entrada, sí imputan al franquiciado estos derechos a través de sobrecostes en mobiliario, productos, formación, software de gestión o packs de apertura.
Mercancía en depósito
La gestión del stock es clave en la viabilidad de una tienda de moda. Algunas marcas, entre las que se encuentra Charanga, optan por ofrecer el género en depósito al asociado. De esta forma, la mercancía se pone a disposición del franquiciado sin que éste tenga que pagarla en el momento. De hecho, la ropa continúa siendo propiedad de la marca hasta que sea vendida al público.
Una vez realizada la venta, se estipulan pagos periódicos a la marca (semanales o mensuales normalmente) para saldar las cuentas. El gasto de transporte que genera el excedente correrá a cargo del franquiciado o la marca según el caso. El concepto de mercancía en depósito, por tanto, elimina la mayor parte del riesgo económico que una franquicia de moda conlleva.
Formación continua
Otra importante cuestión es que el asociado disponga de formación adecuada para que pueda sacar el máximo rendimiento a su negocio. En este sentido, resulta vital que la empresa matriz brinde cursos a sus franquiciados encaminados a que éstos puedan encarar con solvencia el negocio y adquieran conocimientos de gran importancia como, dentro del sector de la moda, son el visual merchandising, el escaparatismo y otras tareas propias de la gestión de una tienda.
Negocio llave en mano
El modelo llave en mano se ha convertido en la forma más cómoda de abrir una franquicia. En estos casos el franquiciador asume toda la gestión y puesta a punto del nuevo establecimiento de la marca. Así, el franquiciado permanece al margen de estos trámites y aguarda a que todo esté ultimado para asumir el mando del negocio.
Esta posibilidad allana el camino a los franquiciados. No obstante, hablamos de una opción que se ofrece a los interesados como un servicio de pago más que pueden descartar si así lo desean.
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